¿Por qué las empresas emiten bonos?
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¿Por qué las empresas emiten bonos?

Alice Cooper · 14 de septiembre de 2025 · 7min ·

Para obtener financiación, las empresas pueden ofrecer acciones o bonos. Emitir bonos, una forma de financiación mediante deuda, suele implicar costos menores en comparación con la financiación por capital y no requiere ceder control de la empresa. Alternativamente, las empresas pueden solicitar un préstamo bancario, pero los bonos ofrecen más flexibilidad. Se pueden adaptar en distintos formatos y plazos de vencimiento, lo que les da una ventaja sobre los préstamos bancarios tradicionales.

Conceptos básicos

La captación de fondos para las empresas puede lograrse mediante varios métodos, incluido la emisión de bonos. Actuando como un contrato financiero entre una corporación y un inversor, un bono funciona esencialmente como un préstamo. En este acuerdo, el inversor aporta una cantidad determinada de capital a la corporación durante un período predeterminado. A cambio, el inversor recibe pagos periódicos de intereses. Al alcanzar la fecha de vencimiento, la empresa devuelve el capital al inversor.

La decisión de optar por la emisión de bonos en lugar de otros métodos de recaudación de fondos se ve influenciada por múltiples consideraciones. Una evaluación exhaustiva de las características y ventajas de los bonos en comparación con otras estrategias comunes de obtención de efectivo ofrece información valiosa. Este análisis aclara por qué las empresas recurren con frecuencia a los bonos cuando buscan apoyo financiero para proyectos corporativos.

Comparación entre bonos y bancos

Aunque muchas personas piensan inicialmente en pedir prestado a un banco cuando necesitan fondos, las corporaciones a menudo prefieren emitir bonos. Esta preferencia surge porque las tasas de interés ofrecidas a los inversores en bonos suelen ser más bajas que las de los bancos. Minimizar los pagos de intereses es crucial para las empresas que buscan maximizar beneficios. En consecuencia, incluso empresas financieramente sólidas que aparentemente no necesitan capital adicional optan por bonos, ya que pueden obtener sumas considerables a tasas favorables, facilitando inversiones en crecimiento y diversos proyectos.

Además, emitir bonos otorga a las corporaciones mayor flexibilidad operativa en comparación con los préstamos bancarios. A diferencia de los préstamos bancarios, los bonos no suelen imponer condiciones estrictas, como restricciones para emitir deuda adicional o realizar adquisiciones corporativas hasta el reembolso total del préstamo. Estas limitaciones pueden obstaculizar la capacidad de una empresa para operar y reducir sus opciones estratégicas. Emitir bonos libera a las empresas de tales cargas, permitiéndoles recaudar capital sin esas restricciones.

Comparación entre bonos y acciones

Cuando las corporaciones emiten acciones, ofrecen participaciones de propiedad a los inversores a cambio de capital, lo que constituye otra vía popular para recaudar fondos. Es notable que los fondos obtenidos mediante la emisión de acciones no exigen reembolso, una perspectiva atractiva para las empresas. No obstante, existen inconvenientes al emitir nuevas acciones, lo que puede hacer que los bonos resulten más atractivos.

Las empresas que buscan capital pueden emitir repetidamente nuevos bonos sin afectar la propiedad ni las operaciones. Por el contrario, la emisión de acciones incrementa el número de títulos en circulación, repartiendo las ganancias futuras entre una base más amplia de inversores. Esta proliferación de acciones puede conducir a una reducción del beneficio por acción (BPA), que es una métrica crítica para evaluar la salud financiera de una empresa y suele percibirse negativamente si disminuye. Además, una mayor base de accionistas mediante la emisión de acciones a menudo reduce el valor de las acciones individuales, situación indeseable para inversores que buscan rentabilidades. Optar por bonos permite a las empresas evitar tales consecuencias.

Más información sobre los bonos

La emisión de bonos atrae de manera eficiente a un gran número de prestamistas, simplificando la contabilidad gracias a términos uniformes para todos los tenedores de bonos, incluyendo tasas de interés y fechas de vencimiento idénticas. Las empresas también disfrutan de flexibilidad con la diversa gama de tipos de bonos que pueden ofrecer, lo que subraya su adaptabilidad.

Las tasas de interés de los bonos dependen principalmente de factores centrales como la calidad crediticia y la duración. Las necesidades de financiación a corto plazo impulsan la emisión de bonos con vencimientos breves, mientras que las empresas con buena solvencia que buscan financiación a largo plazo extienden sus préstamos hasta 30 años o más. Los bonos perpetuos, sin fecha de vencimiento y con pagos de interés continuos, también son una opción viable.

La calidad crediticia, influenciada por la salud financiera de una empresa y la duración del préstamo, afecta significativamente las tasas de interés. Una mejor salud financiera y plazos más cortos suelen traducirse en pagos de interés más bajos, mientras que posiciones financieras más débiles y emisiones de deuda a largo plazo suelen requerir tasas más altas para atraer a los inversores.

Variedades de bonos

Entre las opciones interesantes disponibles para las empresas está la decisión de ofrecer bonos respaldados por activos, que permiten a los inversores ejecutar los activos subyacentes de una empresa en caso de impago, conocidos como obligaciones de deuda garantizadas (CDOs). En finanzas de consumo, los préstamos para automóviles y las hipotecas son ejemplos de deuda garantizada. Alternativamente, las empresas pueden emitir deuda no garantizada sin respaldo de activos, como sucede en finanzas de consumo con la deuda de tarjetas de crédito y facturas de servicios. La deuda no garantizada conlleva mayor riesgo para el inversor, lo que a menudo resulta en tasas de interés más altas en comparación con la deuda garantizada.

Los bonos convertibles representan otra categoría, inicialmente similares a los bonos convencionales pero que otorgan a los inversores la posibilidad de convertir sus tenencias en un número predeterminado de acciones. En escenarios favorables, tales conversiones permiten a los inversores aprovechar el aumento del precio de la acción mientras proporcionan a las empresas préstamos que no requieren reembolso en capital. Finalmente, los bonos rescatables (callable) funcionan como bonos típicos, pero el emisor conserva la opción de reembolsarlos antes de la fecha de vencimiento oficial.

¿Por qué emiten las empresas bonos rescatables?

Los bonos rescatables ofrecen a las corporaciones un medio para aprovechar posibles caídas futuras de las tasas de interés. Estos bonos pueden ser redimidos por el emisor antes del vencimiento, generalmente siguiendo un calendario predeterminado en los términos del bono. Cuando las tasas de interés disminuyen, la empresa puede amortizar los bonos existentes y volver a emitir la deuda a una tasa más baja, reduciendo así el costo de capital. Este proceso de amortización es similar al concepto de un prestatario hipotecario que refinancia a una tasa inferior. La hipoteca previa con tasa más alta se paga y se contrae una nueva con una tasa menor.

Aunque ofrecen ventajas potenciales para las empresas emisoras, los bonos rescatables son inversiones más complejas en comparación con los bonos convencionales, y pueden no ser adecuados para inversores conservadores que buscan un flujo de ingresos estable. Los términos del bono suelen estipular el monto de redención, que puede exceder el valor nominal. Es importante destacar que los precios de los bonos guardan una relación inversa con las tasas de interés, subiendo cuando las tasas bajan. En consecuencia, puede ser beneficioso para una empresa retirar deuda llamando a los bonos a una prima sobre el valor nominal. Por lo tanto, antes de invertir en bonos rescatables, es esencial considerar cuidadosamente diversos factores.

Conclusión

El mercado de bonos presenta numerosas opciones de endeudamiento para las empresas, ofreciendo una amplia variedad para los inversores, incluidos factores como la duración y las tasas de interés que se ajustan a sus necesidades. Sin embargo, esta extensa selección exige una investigación exhaustiva por parte de los inversores para asegurarse de comprender claramente el destino de su inversión, los rendimientos esperados y los plazos de reembolso.

Para quienes están menos familiarizados con el mercado de bonos, es aconsejable buscar la orientación de asesores financieros. Estos profesionales pueden ofrecer perspectivas valiosas, recomendaciones de inversión personalizadas y una visión general de los riesgos potenciales asociados con las inversiones en bonos, incluidos los riesgos de aumento de tasas de interés, el riesgo de llamada y la posibilidad de quiebra corporativa, que puede resultar en la pérdida parcial o total del capital invertido.

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